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Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

domingo, 18 de abril de 2010

Violencia familiar


Violencia familiar

Los niños agresivos son personas carenciadas, alguien enfermo e inestable emocionalmente que necesita del apoyo familiar y la orientación profesional. La compasión y el sometimiento no lo contienen, al contrario, incentivan ia explosión que se está gestando.

Las esposas y los hijos llegan a perdonar lo imperdonable, pero esta actitud sirve siempre y cuando el violento pueda arrepentirse y no vuelva a agredir. Aunque si no se cuenta con una ayuda psicológica o psiquiátrica, es muy difícil que ese arrepentimiento aparezca.

Si convive con su marido hace diez años y estos episodios de violencia están presentes desde los primeros meses en que decidieron vivir juntos. Si conoce el carácter hosco y huraño de su marido, ¿cómo no hace nada para separarse de ese hombre retraído que puede convertirse en cualquier momento en "Terminator"?

viernes, 16 de abril de 2010

Relacion de padres e hijos


El amor y los padres de adolescentes

Los padres deben acompañar a sus chicos adolescentes en este malestar, y no burlarse de su tristeza. Muchos adultos satirizan o toman en broma estas pequeñas-grandes angustias de amor de sus hijos. Esto no es correcto porque por su edad consideran que es trascendente lo que están viviendo y es importante respetarlos.

No se debe minimizar su dolor porque sea adolescente. Los chicos también sufren, y los padres deben compartir y ayudarlos a superar este trance.

Sin embargo, algunos padres reaccionan agrandando de tal manera este mal de amor, que termina siendo perjudicial. Sus hijos lloran y ellos también. Se identifican tanto con sus chicos que pierden madurez. Creen que como esa relación amorosa falló ningún otro buen candidato aparecerá. Todo está perdido, piensan, y así desaniman más a su adolescente.

Lo adecuado es tomar una posición equilibrada, acompañándolos en su angustia, pero no desesperándose como ellos. ¿Cómo? Escuchándolos, aconsejándolos y ayudándolos a superar el dolor por no ser correspondidos. Debemos estimular su autoestima e infundirles con calidez confianza en sí mismos. No hay que desesperarse junto a ellos. El adulto puede identificarse con el dolor adolescente porque conoce lo que son los males del amor, pero también debe conservar cierta distancia para tironearlo a salir del pozo. No sirve hundirse con él. Los padres deben ser balsas.

Estas crisis pueden servir de oportunidad para mejorar el vínculo padres-hijos que muchas veces se quiebra en la adolescencia por la rebeldía y el desafío que manifiestan los jóvenes. Si los padres demuestran que están seguros de su autoridad, que tienen experiencia de vida y capacidad para comprender las desesperanzas y deseos de los más chicos podrán utilizar esta crisis para recomponer y mejorar la relación que tienen con sus hijos.

miércoles, 14 de abril de 2010

Cuidar hijos


Caprichos a la hora de comer

Quienes toman con humor y hasta ironía el hecho de "darle de comer" a los hijos, desconocen el problema que esto puede significar. No sólo por el temor de los padres a que sus niños se encuentren sufriendo alguna enfermedad o que "se mueran de hambre", sino por la ardua tarea que representa cuando los nenes se niegan o se encaprichan. Lo primero que debe hacer es cerciorarse de la salud de los pequeños y, posteriormente, adoptar algunas de las recetas y sugerencias.

Antes que nada no se enoje, ni se asuste frente a los previsibles comentarios como "está feo", "no me gusta", "otra vez lo mismo". No olvide que los caprichos para comer algunos alimentos son etapas normales del desarrollo de muchos niños.

Busque sustitutos y sirva pequeñas porciones. Si una vez rechaza esa comida que tanto le gustaba hasta ayer deje pasar unos días y vuelva a ofrecérsela.