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Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

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domingo, 12 de octubre de 2014

Formas de ayudar a su hijo a desarrollar la autoestima


Una persona con buena autoestima es una persona capaz de disfrutar de ella y por lo tanto como los demás. El poder que una madre y ambos padres pueden tener para desencadenar este tipo de positivismo es increíble, pero por desgracia, también puede desencadenar la baja autoestima. Saber que una persona con una buena autoestima es más capaz de auto-respeto y no permitir que otros abusen de su persona. Para que un niño crezca con una visión positiva de sí mismo, hay algunas cosas que debe considerar:

Abraza a ella todos los días.

Dile que la amas todos los días.

No falta de respeto a sus sueños para el futuro. Si su hijo comienza diciendo que quiere ser bombero, entonces ¿por qué no? Sonría y aceptar lo que dice con seriedad, si quiere cambiar de opinión que va a cambiar.

Dile a perfeccionar tal cual, como es. Refuerce la idea de su aceptación personal, que cada persona es única y tiene muchas cualidades que la hacen ser única, especial y digno de ser amado.

Hacer hincapié en los puntos fuertes y olvidar los débiles. Déle a su hijo el valor de desarrollar lo que hace que sea más fuerte, en lugar de centrarse en las características menciona que ella siente es mucho más flexible. Esto no quiere decir que sólo alienta a su hijo a desarrollar sus habilidades más fuertes, significa un refuerzo positivo de sus cualidades, en lugar de la falta negativa del mismo.

Acepte a su hijo para que ella realmente es. A veces esto es demasiado difícil, cualquier madre o padre tiene una idea de lo que debe ser su hijo, y siempre tratan de enviar a su hijo en consecuencia. Este tipo de comportamiento es natural, ya que significa que usted ama a su hijo y quiere que tenga éxito. Pero el trabajo de una madre o un padre es aceptar al niño tal como es, y se siente feliz aunque ella es un niño diferente.

Asegúrese de que su hijo sepa que siempre puede contar con usted. Incluso si todo y todos se van y critican a un niño, debe saber que siempre puede contar con la madre y el padre.

Si usted tiene una hija, por lo que es muy importante comenzar temprano para luchar contra la imagen que los medios de comunicación son: una mujer tiene que ser perfecto, hermoso, delgado, etc No critique el cuerpo de su hija, evitar la compra de revistas que enfatizan la delgadez, la belleza como el más importante en el éxito de una mujer. No se auto-crítica en frente de su hija, no digas que estás gorda o no te gusta su cuerpo.

Dile que a pesar de que los hombres en las películas siempre parecen salvar a la mujer en problemas, que son grandes empresas y socios, pero ella no lo necesitaba para tener éxito: ella será capaz de cuidar de sí misma. Haga hincapié en que las mujeres piensan son grandes ejemplos de mujeres que han tenido éxito en la vida, que son admirados no por su belleza sino por su capacidad para hacer cosas buenas en el mundo, y que si ella también podrá ser tanto o más éxito que cualquier uno.

Enséñele a respetar a los demás. Un niño que sabe cómo tratar bien a los demás y sabe cómo sentir compasión por ellos, alguien más va a ser feliz porque no va a hacer sufrir a los demás deliberadamente y sin conciencia.

jueves, 22 de diciembre de 2011

La familia de los chicos populares


¿Influye la familia en caer mal o bien? Es importante saber que las buenas relaciones familiares establecen una sólida base para que los hijos consigan desenvolverse bien en las relaciones con sus iguales.

Cuando en casa existe un cálido apoyo afectivo, cuando las normas se acompañan de la correspondiente explicación y además se enseñan las fórmulas de cortesía y la consideración hacia los demás -sin caer en el extremo-, los chicos encuentran mejor comunicación y aceptación entre los amigos.

En cambio, un estilo educativo despótico y un ambiente tenso se encuentran más frecuentemente en los hogares de los chicos que cosechan  rechazo entre los compañeros.

viernes, 20 de mayo de 2011

El miedo al secuestro de un hijo


Uno de los miedos más agudos que sentimos con respecto a nuestros hijos es que, en algún momento de descuido, un desconocido los secuestre, pero hay algunas "señales de alarma" que usted puede reconocer para diferenciar a un extraño peligroso de alguien desconocido con buenas intenciones. No estamos hablando de una persona que saca un arma y se lleva a una criatura, sino de aquella que se acerca poco a poco, persuasivamente, y de pronto desaparece con el chico. Suelen acercarse con toda naturalidad, inician una charla con el tono más simpático y, en los primeros minutos, prueban el terreno para ver qué resultados puede tener su propósito delictivo. Al aproximarse de a poco pueden irse sin problemas si notan que las cosas no van bien.

Uno de los lugares en los que estos delincuentes buscan "blancos fáciles" son los shoppings, por el amontonamiento de personas y las fuentes de distracción. Una de las bases de su estrategia es que el niño o su madre sientan confianza, por eso es común que aparezcan en medio de un problema, ofreciendo su ayuda sin que nadie se lo haya solicitado.

Para defenderse, preste atención a las señales de alarma:

Su simpatía es forzada: haga lo que haga, o diga lo que usted diga, esta persona mantendrá la sonrisa intacta y seguirá haciendo chistes.

Falso compañerismo: el extraño seguramente manifestará comprensión extrema de su situación, porque él mismo está o estuvo en un momento semejante. Si olvidó algo en un negocio y tiene que regresar, él se ofrecerá a cuidar a su hijo mientras tanto, argumentando que la comprende porque ya le ha pasado lo mismo.

Detalles excesivos: para ganar su confianza, le dará detalles como direcciones o nombres de personas que usted no conoce.

Desconfíe! Cuando alguien dice la verdad no tiene la necesidad de justificarse con detalles. Le endosará un defecto: le dirá que es sobreprotectora, o a su hijo que es cobarde, con el propósito de que sientan la necesidad de demostrar lo contrario.

Ofrecer lo que no se pidió: al prestarle su ayuda "desinteresadamente" a usted le resultará más difícil decirle que la deje sola, que no lo necesita. Si su primera impresión, su instinto, le señalan que es una persona desconfiaba, es preferible que pase por antipática antes de correr un riesgo.

Le promete lo que ofrece: cuando alguien le diga "prometo", utilice esta palabra como una luz de alarma para descubrir que tiene razones para dudar de lo que dice.

No acepta una negativa: si ante el primer acercamiento usted dijo "no, gracias" y el extraño sigue insistiendo, es evidente que desea tener el control de la situación. La mejor forma de reaccionar es decir lo que le pasa por la cabeza, en el tono y con la mirada que le surja. Esto le indicará al agresor que usted está prevenida, y lo alejará.

viernes, 1 de abril de 2011

Problemas emocionales con los hijos



Aunque nosotros no lo advirtamos, cualquier situación de exceso de estrés en el hogar la capta nuestro hijo y, al final, termina pasando factura en su mundo escolar.

La precipitación, las discusiones entre la pareja, el no dedicarles todo el tiempo que ellos necesitan, los celos entre hermanos o el no sentirse suficientemente valorado y estimulado por sus papas son factores que reducen el rendimiento escolar.

También influye mucho el tipo de relación que el niño establezca con sus compañeros de clase y con su maestra, y el papel que tenga asignado en su aula. Tanto en el ámbito del hogar como en el de la escuela, debe sentirse querido, importante y aceptado.

viernes, 18 de febrero de 2011

Nos necesitan más que antes


Entre los 7 y 10 años los hijos deben tener la seguridad de que, si necesitan un consejo, precisan que los escuchemos o que les demos una mano en un conflicto que escapa a sus posibilidades y a su control, cuentan con nosotros.

Por eso, hay que esforzarse por mantener siempre abierta la comunicación. Eso sí, sin abrumarlos con nuestra constante presencia. Esto no significa, evidentemente, que debamos desentendernos y pretender que se desenvuelvan solos desde temprano.

Tengamos en cuenta que un niño que no pide ayuda jamás puede estar necesitándola más que ninguno. Quizás ha renunciado a pedirla porque se siente demasiado exigido por nuestro deseo de que sea autónomo y cree que no estamos lo bastante cerca.

Procuremos estar disponibles. Busquemos tiempo para pasarlo juntos, para dialogar, para compartir. Y no bajemos la guardia, ya que nuestros hijos nos necesitan, sin duda, aunque de una manera distinta.