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domingo, 4 de septiembre de 2011

El colegio de nuestros hijos


A la hora de buscar colegio, hay que tener presente que nuestro hijo puede o no encajar en él, que su buen progreso no sólo va a depender del espacio o de las instalaciones, o de lo caro que salga, sino de factores humanos, como las relaciones que establezca con las docentes y sus compañeros de clase. Los padres deben comprender que será de sabios rectificar si observan que el niño no progresa ni está a gusto en ese sitio que creíamos adecuado, y tranquilamente cambiar de colegio.

Conviene recordar que no siempre una escuela en apariencia maravillosa, llena de luz, buenas instalaciones, abundante personal y demás ventajas, es la garantía de una elección certera. Porque educar no consiste en una simple acumulación de datos, ni tampoco en el desarrollo de la inteligencia en una única dirección, ni en la posibilidad de cursar una determinada carrera y acceder a este puesto de trabajo seguro y bien remunerado. Esta sería una falsa interpretación.

Educar va mucho más lejos. Es dar al niño las herramientas para construir su vida, para que sea capaz de enfrentarse a todas las dificultades y aprenda a resolverlas en forma creativa y positiva. Es enseñar a cada uno a ser su propio maestro, mostrando en cada caso cómo aprovechar el conocimiento adquirido para lograr sus objetivos. Es, también, indicar el camino para saber buscar lo desconocido, acudiendo a las fuentes y utilizando los recursos propios. En definitiva, consiste en capacitar al sujeto para ser él mismo y, sobre todo, para ser feliz.


miércoles, 31 de agosto de 2011

Elegir el mejor colegio


Casi todos los padres se plantean, en algún momento, cuál puede ser el mejor colegio. Pero no hay que empeñarse en buscar el lugar ideal, ya que ese colegio no existe; primero, porque cada persona tiene una idea particular respecto de la educación que quiere para su hijo y luego, y no menos importante, porque cada niño es distinto y, por lo tanto, necesitará un modelo educativo diferente.

El mejor colegio será aquel que más se aproxime al tipo de educación que los padres quieren para su hijo y que esté, además, en concordancia con la formación que recibe en su propia familia. No hay que olvidar que educar a un niño es tarea de toda una vida, por lo que el papel de la escuela no debería ser más importante que el de la familia, sino un complemento y una continuidad.

Tampoco hay que pasar por alto que la adquisición de conocimientos jamás debe hacerse a costa de la tranquilidad del niño. Es decir, por encima de su rendimiento, habrá que situar siempre su felicidad.


miércoles, 5 de agosto de 2009

La edad escolar



Nos inclinamos a mirar con menos atención a los niños de edad escolar porque su desarrollo no es, ni con mucho, tan evidente como el del niño de tierna edad. El crecimiento corporal se ha hecho más lento. El desenvolvimiento mental se verifica con tanta pausa que lo damos por cosa hecha. Cuando el niño empieza a aprender a hablar todo lo que dice es una novedad y un prodigio. Una vez que llega hacia la mitad de su infancia su capacidad para comprender las cosas y para expresarse ha progresado a tal punto que lo que dice deja de ser extraordinario. Su raciocinio ha mejorado mucho; ya no cree ciegamente en cuentos de hadas ni afirma que son las ramas de los árboles las que hacen que el viento sople.

lunes, 3 de agosto de 2009

Edad escolar



Durante el período de la edad escolar, mientras la personalidad del niño se vuelve paulatinamente más compleja, se nos hace cada vez más difícil comprenderle. Su progresiva independencia v su capacidad para pensar y discernir por sí solo son a veces desconcertantes. Da al traste con nuestras nociones de superioridad el aplomo con que el niño comienza a poner en tela de juicio nuestras opiniones y a concebir impávido sus propias ideas.